José Luis Pérez Olmo
Director de Enfermería de SUMMA 112
¿Cómo se llega a ser director de enfermería de urgencias en SUMMA 112?
Estos 25 años en el servicio están precedidos por dos años en el Hospital Universitario Puerta de Hierro, una vez que terminé la carrera, y posteriormente en el hospital universitario Gregorio Marañón. Posteriormente se convocaron las plazas e hice toma de posesión en el SUMMA 112. En ese tiempo tuve la oportunidad de estar 4 años volando en un helicóptero sanitario de la junta de Castilla y León, que fue para mí algo de gran valor. Posteriormente, estuve aquí 4 años como subdirector de enfermería en el antiguo 061. Desde el punto de vista de la gestión, te da un bagaje que te hace tomar decisiones con calma.
Después de esos 4 años de subdirector regresé a mi actividad asistencial y lo compatibilice con el ámbito universitario. De hecho, formé parte del claustro de la Universidad Europea, donde los últimos años tuve la oportunidad de hacer una tesis doctoral. Sin esperarlo, sonó el teléfono. Mi gerente me preguntó cómo veía el servicio y si quería formar parte del equipo. Siempre digo que soy un tio con suerte, porque pude trabajar en lo que me gustaba. A mi me gusta decir que soy enfermero de vocación y eso va en el ADN. Por eso entiendo que aunque estés asumiendo responsabilidades, tú lo que eres de base es enfermero. La visión del cuidado en la organización te da una capacidad que te permite desarrollar proyectos que tú has vivido de primera mano.
¿Dentro de la enfermería de urgencias habéis visto algo como IFEMA?
Yo creo que los profesionales no hemos tenido esta experiencia nunca, nos hemos tenido que reinventar. Tuvimos escenarios similares con la gripe A y muy convulsos con el tema de los atentados terroristas. También esto ha afectado a hospitales y a atención primaria. Lo digo porque no me gusta dejar descolgado a nadie en esta situación. Al final la solución viene de los profesionales. En segundo lugar, hay un elemento fundamental y es la coordinación entre niveles, que nadie se ponga ninguna medalla. Se trata de que todos colaboremos de forma transversal en beneficio de los pacientes. Hemos ido tomando decisiones cada hora porque era un escenario muy cambiante. Nos hemos reinventado desde el punto de vista asistencial y desde el punto de vista de la gestión.
¿Cuántas llamadas suelen recibir en un día normal?
El impacto telefónico es brutal. En un día normal tenemos por ejemplo 2500-3000 llamadas. El día 25 de marzo de este año tuvimos 9000 llamadas. A principios de enero o de febrero hicimos un documento en el que nos íbamos posicionando sobre los posibles escenarios para saber cómo actuar. Es más, las llamadas han cambiado de tipología, porque esas llamadas iniciales eran más informativas. Los pacientes no sabían nada en cuanto a sintomatología, pero con el tiempo hemos recibido una modificación. Para mí hay un indicador importante: los fines de semana, por ejemplo, se disparan.
Desde vacaciones hasta ahora hemos estado preparando entornos de respuesta, hemos tenido que reforzar el centro coordinador. Esto ha sido un gran acierto, ya no solo por la contratación de nuevos profesionales. Hemos multiplicado por 4 la presencia del centro coordinador y porque hemos trabajado con el centro de atención personalizada. Desde ese momento incorporamos a 25 profesionales de enfermería. Creamos un perfil de un coordinador específico para hacer frente a todas las llamadas.
¿Intentar no llegar a ese colapso es lo que buscáis en enfermería de urgencias?
Madrid tiene un gran músculo sanitario y fuimos capaces de dar respuesta. Si no hubieran tomado ciertas medidas drásticas posiblemente se hubieran disparado los contagios y fallecimientos. Las medidas tratan de dar tiempo y respuesta al sistema sanitario para actuar. Hicimos lo que teníamos que hacer: implementamos unidades de asistencia domiciliaria, ya que los pacientes estaban confinados en el domicilio por el estado de alarma. Las urgencias estaban saturadas, por eso abrimos el hospital de IFEMA, ante los que me quito el sombrero porque han tenido una capacidad de adaptación brutal.
¿Cuál es el gran reto que tenéis dentro de la enfermería de urgencias?
Como primera fase recalcar lo que tu has dicho, nuevos retos. El virus ha llegado para quedarse, no va desaparecer. Para que no tengamos un entorno más seguro con vacunas y demás, hemos cuadruplicado la asistencia sanitaria con el año pasado y esa atención continuada es clave, porque los ciudadanos seguirán teniendo necesidades.
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