Mª CARMEN OCAÑA GARCÍA-ABADILLO
CARMEN SÁNCHEZ ROMERO
GRADUADAS EN ENFERMERÍA
UCM FACULTAD ENFERMERÍA DE ALBACETE
1. RESUMEN
El presente trabajo pretende conocer los diferentes problemas de comunicación y las desigualdades existentes entre todos los sujetos que se encuentran en contacto con las abreviaturas médicas.
Dicho hábito empezó a utilizarse por sus aspectos positivos, como ahorrar tiempo y espacio. Las siglas, contempladas como necesidad de “economía lingüística”, son cada vez más usadas en las notas de los profesionales en salud y se han convertido en un léxico de clave, difícil de descifrar. Su uso indiscriminado actual entraña múltiples peligros, convirtiendo algunas en ininteligibles y otras con diversos significados o interpretaciones.
Según lo anterior, nos encontramos ante un obstáculo en la comunicación entre las relaciones médico-pacientes e interprofesionales. Convirtiéndose en un problema de gran magnitud social, ante el cual, no debemos permanecer pasivos sino actuar y poner en marcha sistemas de prevención. A través de ellos, se pretenden paliar sus consecuencias.
Palabras Clave
comunicación interprofesional, comunicación médico-paciente, lenguaje, lenguaje sanitario, abreviaturas sanitarias, interpretación abreviaturas
Summary
The main objective of this project is making public the different communication problems between all the people who are in contact with the medical abbreviations.
This custom began to use in order to save time and space. So, initials, considered as economy of words, are getting increasingly used by the professionals of health becoming in a key vocabulary difficult to decode. The initials current use entail numerous dangers becoming some of them incomprehensible and others with various meanings and interpretations.
According to the previous fact, this is a big problem in the communication between the medical-patients and inter professional relations. It is becoming in an enormous problem, in which we shouldn’t be passive. We should act and create prevention systems in order to relieve its consequences.
Keywords
Inter professional communication, communication doctor-patient, language, sanitary language, sanitary abbreviations, interpretation abbreviation
2. INTRODUCCIÓN
Un lenguaje(1) (del provenzal lenguatge y este del latín lingua) es un sistema de comunicación estructurado para el que existe un contexto de uso y ciertos principios combinatorios formales.
Desde una perspectiva más amplia, el lenguaje indica una característica común al hombre y a los animales para expresar sus experiencias y comunicarlas a otros mediante el uso de símbolos, señales y sonidos registrados por los órganos de los sentidos. El ser humano emplea un lenguaje complejo que expresa consecuencias sonoras y signos gráficos.
El lenguaje humano es de una complejidad tal que, desde un único enfoque, no es posible captar la totalidad de sus características y aplicaciones. Se podrían agrupar los estudios sobre la función de hablar en:
- Facultad humana, considera qué estructuras orgánicas y psíquicas permiten al hombre hablar, qué ventajas le reporta al lenguaje, las relaciones entre cultura y lenguaje, el lenguaje como institución social, etc.
- Lenguaje en sí mismo, cuestión de la que se ocupa la lingüística en todas sus ramas (fonética, morfología, gramática, etc.)
- El lenguaje como simbolismo, pone de relieve las relaciones de éste con mundo y hombre, problemática que se ha planteado en toda la historia de la ciencia y la filosofía y que actualmente responde al nombre de filosofía del lenguaje. Su tema central es el de la validez idiomática, es decir, el hecho de que las palabras sean signos que representen lo que es objeto de nuestro conocimiento. Se trata de un estudio semántico. Dicha validez escriba en dos cuestiones: 1) en que la expresión reproduzca fielmente aquello a que se refiere, y 2) en que sea inteligible. Este tipo de lenguaje es donde se encuadraría nuestro objeto de estudio: las abreviaturas.
El lenguaje es una cualidad innata de los seres humanos para poder comunicarse. En el ámbito hospitalario la comunicación entre las personas es fundamental, pero no siempre se obtiene una comunicación eficiente. El uso de abreviaturas está generando graves problemas de comunicación, pueden incurrir una mala interpretación de lo que queremos expresar y, por lo tanto, desigualdades en la atención sanitaria.
La tendencia en la utilización de abreviaturas no es actual, ya estaba presente en los textos griegos y romanos, sirva como ejemplo el acrónimo INRI (Iesus Nazarenus rex ioudeorum) utilizado durante el Imperio Romano(2).
Hoy en día, no existe un organismo regulador oficial encargado de recopilar y publicar la totalidad de abreviaciones médicas existentes, pero sí podemos encontrar numerosos estudios dedicados al registro de las mismas. Este es el caso de un libro muy interesante publicado por el Ministerio de Sanidad y Consumo llamado “Diccionario de siglas médicas”(3).
Este trabajo pretende identificar los problemas de comunicación que se dan actualmente relacionados con el uso de las abreviaturas en el ámbito de la Salud. El objetivo será determinar hasta qué grado es positivo el uso de abreviaturas en los Servicios de Salud y reflexionar sobre los peligros de separación e incomprensión en la comunicación entre profesionales de la salud y la interacción médico-paciente.
3. MATERIALES Y MÉTODOS
Se ha realizado una búsqueda bibliográfica para intentar dar respuesta a los objetivos planteados, con la que se pretende conocer los principales problemas de comunicación que surgen con el uso de abreviaturas en el sistema sanitario. Para ello, se han consultado referencias bibliográficas existentes en las principales bases de datos: PubMed, Scielo, Cuiden y Medline. Contrastando a su vez diccionarios médicos, además de páginas web de diversas entidades: Organización Mundial de la Salud(OMS) y la Real Academia Española(RAE).
4. ABREVIACIONES: TIPO, USO Y ABUSO.
El uso de abreviaciones se ha introducido prácticamente en todos los campos científicos, utilizándose como recurso para ganar tiempo y ahorrar espacio. En líneas generales se define abreviación como: reducción de una palabra o sintagma mediante la supresión de alguna de sus letras(4). Pueden clasificarse en:
- Abreviaturas: representación de una palabra con alguna de sus letras, la primera de las cuales ha de ser la inicial. Cada palabra abreviada termina con un punto situado en la posición de una vocal, por ejemplo: “Serv. Neurol.” Es la abreviatura de “Servicio de Neurología”.
- Siglas: representación de una palabra o conjunto de palabras mediante la letra inicial de cada una de ellas, ej.: VIH (virus de la inmunodeficiencia humana).
- Siglónimo: Sigla que se ha lexicalizado; es decir, cuando una sigla, se incorpora a la lengua general como una palabra y se someten a las reglas de ésta. En una primera fase la sigla se escribe en mayúscula, recurso gráfico que las caracteriza, sin embargo, el resultado final de la lexicalización es la pérdida de las mayúsculas (S.I.D.A. = SIDA = sida=síndrome de inmunodeficiencia humana).
- Acrónimos: no son siglas, sino palabras formadas al descomponerse otras, sean o no iniciales, ej.: Insalud (Instituto Nacional de Salud).
- Símbolos: letra o conjunto de letras o signos que en la ciencia o la técnica representan convencionalmente una palabra o sintagma(5). Aunque algunos autores lo consideran un tipo de abreviatura, muchos símbolos no proceden de la reducción de palabras, por ejemplo: las divisas del dólar($) y del euro(€). A diferencia de las abreviaturas, se escriben siempre sin punto final, por ejemplo, el símbolo del gramo es “g” y no “g.”.
Para fines del presente trabajo, abreviatura será considerado como sinónimo de sigla.
Las abreviaciones son utilizadas con frecuencia en el discurso especializado médico (historia clínica), tanto por estudiantes pre y postgrado en medicina como por médicos generales, especializados y otros profesionales de la salud. Sin embargo, la mayor parte de estas siglas no han sido establecidas por conveniencia, ni aprobadas por los comités de normalización, sino que son a motu propio e inventadas.
Los problemas que surgen con la utilización de siglas son(6):
- Polisemia: algunas siglas tienen varios significados, ej.: GEA podría interpretarse como “gastroenteritis aguda”, “glomerulonefritis extramembranosa aguda” o “genitales externos del adulto”.
- Sinonimia: similitudes, ej.: tanto RGE como ERGE, se referían a reflujo gastroesofágico o IR, FR, IRC, FRC, a insuficiencia renal.
- Anfibología: El abuso de las abreviaciones puede producir problemas de comprensión, entre otras por ambigüedad, que dan lugar a falsas interpretaciones, confusión, imprecisión o incluso volver ininteligible un texto(7).
- Anglicismos: extranjerismos, ej.: CAT=TAC (computed axial tomography) y TPN=NTP (total parenteral nutrition).
Todo esto da lugar a que una misma sigla sea interpretada de diferente forma por varios profesionales de la salud, con el resultado final de producir falsas interpretaciones, y conllevar al error médico.
Es posible que con su uso, sobre todo en las siglas particulares o inventadas, algunos profesionales de la salud, traten de minimizar el impacto que pueda ocasionar la palabra o frase completa, utilizando las llamadas “abreviaturas piadosas” en enfermedades socialmente dolorosas como el cáncer (Ca), graves como la enterocolitis necrosante (ECN), incurables como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o vergonzosas como la tuberculosis (TBC); lo que puede confundir a otros profesionales y además, vulnera el derecho del paciente a conocer su enfermedad(8).
5. PROBLEMAS EN EL ÁMBITO SANITARIO
En la Ortografía de la lengua española 2010(9), se enuncia que “cada disciplina termina acuñando un conjunto de siglas correspondientes a la terminología sentada en su ámbito”; por lo que no es inusual, al lado de los términos de semiología médica, encontrar en las historias clínicas de manera notoria, la utilización de siglas.
Dado que nuestro trabajo se basa en el ámbito sanitario, desarrollaremos los problemas principales detectados del uso de esta práctica.
En la comunicación médica intervienen diferentes grupos y resulta complicado abarcarlos en un conjunto, vamos a desarrollarlos fijándonos en las diferentes posibilidades de interacción:
- Interprofesional:
Las abreviaturas no son comprendidas igualmente por todas las personas que tienen acceso a los registros, esto es debido a que la mayor parte de ellas no se establecen por convención de la comunidad internacional ni están amparadas por los comités de normalización(10), sino que en la mayoría de los casos son de tipo personal y dependen del ingenio o capricho de cada uno. Por lo tanto, es el profesional quien sufre las consecuencias de su propio vocabulario médico, generando en gran parte de los casos las siguientes consecuencias:
- Dudas, temor, inseguridad;
- Falsas interpretaciones;
- Pérdida de tiempo: al intentar descifrar las indicaciones prescritas, en ocasiones son tan ininteligibles que obligan a preguntar a otro profesional o incluso al propio prescriptor sobre el significado de la misma.
- Errores de administración: los medicamentos se prescriben en diversas unidades de medida, generalmente expresadas mediante abreviaciones o símbolos lo que genera un elevado número de oportunidades de error, así, basta un punto decimal mal colocado para trasformar una dosis, ej.: de 1,0 mg en 10 mg.
- Problemas de comprensión: se producen, sobre todo, con los informes y los diagnósticos de las historias clínicas, así como en los volantes de Interconsulta entre médicos(11). En estos documentos abundan las contracciones de palabras y abreviaturas irregulares, como por ej. “ag” antígeno, “tbc” tuberculosis, etc.
Todos estos problemas pueden tener consecuencias desastrosas, ocasionando un serio inconveniente a la comunicación fluida entre los profesionales de la salud que repercute negativamente en la atención al paciente(12).
- Médico–Paciente/Familia:
Si bien el uso de las abreviaturas debería quedar solamente plasmado en la historia clínica, con gran frecuencia se extrapola al diálogo del médico con el paciente, lo que se identifica como un elemento perturbador de tipo lingüístico que ocasiona ruptura comunicativa en la interacción médico-paciente.
Ej.: Señora, su hijo presenta una EDA(Enfermedad diarreica aguda), es necesario que le tome un CPC(coprocultivo) para identificar la presencia de una E.coli, y así indicarle un antibiótico = Señora, su hijo presenta un cuadro diarreico, es necesario que se tome una muestra fecal para identificar la presencia de una bacteria y así indicarle un antibiótico.
Cuando un paciente demanda una atención sanitaria, siempre se le da un informe en el cuál se le explica lo que se le ha hecho o las indicaciones que debe seguir. Según ciertos estudios la media de abreviaturas que se utilizan en los informes médicos es de 5, por tanto, los pacientes y sus familiares se llevan a casa un documento difícil de descifrar. Esto da lugar a los problemas mencionados, como: dudas, inseguridades, errores de administración, etc.
Ej.: La abreviatura “U” no se debe utilizar para indicar “unidades”. La confusión de esta abreviatura con el número “0” ha ocasionado errores graves e incluso mortales por sobredosificación, al multiplicar la dosis por diez o más. Este fue el caso de un paciente que falleció tras administrarse 200 unidades de insulina por error, como consecuencia de una incorrecta interpretación de la prescripción “20U”(13).
- Paciente–Profesionales:
En nuestra búsqueda bibliográfica dirigida a encontrar los problemas de comunicación producidos por el uso de las abreviaturas, nos ha sido imposible encontrar artículos que reflejen si los pacientes han incorporado este uso a su vocabulario. En nuestra práctica diaria como enfermeras, no es común encontrar a pacientes que hablen de sus patologías utilizando siglas, más bien, suelen hablar de ellas mencionando el órgano afectado, es corriente oírles mencionar; ”Le ha dado algo en la cabeza”, en vez de , “Ha tenido un ACV(Accidente Cerebro Vascular)”.
Bien es cierto que, si hacemos una reflexión personal, los pacientes sí que utilizan algunas de las siglas más conocidas del ámbito sanitario como pueden ser: SESCAM, ATS, SIDA, UCI, etc. La duda que nos surge es, ¿hasta qué punto saben su significado?, ¿hacen buen uso de las mismas? Muchos pacientes, la mayoría de edad avanzad, se refieren a las enfermeras como ATS(Ayudante Técnico Sanitario), denominación obsoleta porque nuestra formación es distinta y ya no somos técnicos, sin embargo, la siguen utilizando para referirse al personal de enfermería, demostrando que no saben lo que significa. Actualmente para un mejor aprovechamiento de los recursos económicos y un menor impacto en la vida diaria del paciente quirúrgico, se opera por CMA, nos consta que los pacientes no saben el significado de estas siglas ya que llegan al quirófano sin saber si después deberán quedarse ingresados, estas siglas significan: “Cirugía Menor/Mayor Ambulatoria” se refiere a un servicio en el cual el paciente será recibido, preparado, recuperado y regresado a casa el mismo día de la intervención.
Dejamos abierto un posible estudio, el cuál resultaría muy enriquecedor para poder conocer la repercusión que tienen las abreviaturas desde todos los puntos de vista, ya que nos falta el más importante, el del usuario.
6. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
- Evitar utilizar abreviaturas de manera oral.
- Prescindir del uso de las abreviaturas en los informes de alta y en los diferentes servicios hospitalarios del sistema de Salud donde se utilizan siglas como: UCI(Unidad Cuidados Intensivos), UME( Unidad de Media Estancia)… para evitar confusiones y mezclas de significado.
- La primera vez que se mencione una abreviatura en cualquier tipo de documento, ya sea una historia, informe de alta… anotar al lado y entre paréntesis su significado.
- Estandarizar abreviaturas englobando todos los centros asistenciales sanitarios, hacer listados accesibles, tanto a profesionales como a usuarios, así los pacientes podrían resolver sus dudas mirando el listado disponible en cada servicio.
- Hacer una encuesta para conocer la aceptación o rechazo que tiene dicha técnica, así podríamos percibir la opinión que tienen tanto profesionales como usuarios.
7. CONCLUSIÓN
Las abreviaciones ahorran espacio y, si se emplean con discreción, simplifican las expresiones complejas, pero según hemos examinado, su abuso puede producir problemas de comprensión que dan lugar a falsas interpretaciones o incluso volver ininteligible un texto.
Lo que nos preocupa son los peligros de separación, incomprensión y ruptura de la comunicación, fenómeno que se refleja en la interacción médico-paciente y al final en la salud.
Como hemos observado esta práctica afecta de manera global a todos los que participan en el proceso salud/enfermedad/atención pero no a todos en igual proporción, ya que los pacientes son los más perjudicados en este aspecto (probablemente con mayor perjuicio para los que tienen un menor nivel de instrucción o acceso a recursos de información), produciéndose una desigualdad social en salud.
Esto nos lleva a aplicar la parte más importante de la medicina, la preventiva: no nos quedemos a esperar que ocurran confusiones que puedan ser de consecuencias fatales, sobre todo cuando se usan fármacos de alto riesgo, ni mucho menos estar expuestos a demandas médico-legales.
Para finalizar, nos quedamos con una frase de Aristóteles, la cual decía, “la virtud consiste en saber encontrar el término medio entre dos extremos. Sólo un empleo contenido de abreviaturas, adecuado a las normas establecidas y consagrado por el uso evitará una nueva torre de Babel de siglas y acrónimos”.
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8. BIBLIOGRAFÍA
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- Alberola, Aleixandre R, Porcel A. Diccionario y vocabulario plurilingüe de Documentación Médica. Valencia: Instituto de Estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia; 1999.
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